RIESGOS SISTÉMICOS EN LOS MERCADOS FINANCIEROS GLOBALES
¿Cómo reaccionan los riesgos en los mercados bursátiles ante el brote pandémico? ¿Aumentan los riesgos sistémicos en todo el mundo? ¿Cuáles son los posibles impactos de las intervenciones políticas?
Dr. Benjamín García Martínez 07 junio 2020
Estas son las preguntas que Dayong Zhang, Min Hu, and Qiang Ji tratan de responder en su trabajo “ Financial markets under the global pandemic of COVID-19”
La idea de estos autores es por demás interesante y, sin duda, nos lleva a reflexionar el hecho de que al evaluar las medidas que los gobiernos locales implementan para combatir los efectos económicos y financieros de la pandemia, pierden de vista algo fundamental “(…) mapear los patrones generales de riesgos específicos de país y riesgos sistémicos en los mercados financieros globales.”
Los riesgos sistémicos o sistemáticos, como es bien sabido, son aquellos que no pueden reducirse por la diversificación, son los riesgos de la Economía capturados en un portafolio de Mercado. Con un mercado de capitales global altamente integrado, la diversificación entre países llevaría a un riesgo de mercado, incorporando los eventos económicos y regionales a través del flujo de capitales.
Sin embargo, os efectos de la pandemia en las potencias económicas y sus respuestas para enfrentarlos crean riesgos que comprometen las estrategias para atender los riesgos específicos en los mercados financieros en cada nación y atender la recuperación de la actividad económica.
Se requiere entender los riesgos específicos del país, en el contexto de los riesgos de los mercados financieros globales.
Los países que emiten monedas de reserva crean mayor incertidumbre a los mercados financieros globales, como es el caso de tasas de interés cero y una flexibilización cuantitativa ilimitada (QE), como lo hace EU, señalan.
Es claro que las volatilidades en los mercados financieros y su correlación con el incremento en los casos COVID es alto. Pero, el incremento del riesgo sistemático global trajo un cambio en las correlaciones entre los diferentes índices de países.
Sin embargo, es importante reflexionar que, así como los riesgos específicos tienen que ver con las condiciones y respuestas de cada país, no es posible entender estas correlaciones sin estudiar los sectores que los componen. La composición y estructura de los mercados financieros, sus sectores y nuevos encadenamientos productivos son necesarios para comprender su aparente comportamiento errático.
Pero, volviendo al riesgo sistemático global los autores señalan: “El mercado de valores de EU, ya sea antes o después de que la crisis se volviera global, no ha logrado asumir un papel de liderazgo en el mundo. Por el contrario, China puede jugar un papel importante, uniendo Asia y Europa”.
Hay que resaltar que en las recurrentes crisis financieras, el USD en general y la participación de la FED en las grandes expansiones del crédito para contrarrestarlas, encontraron eco en los grandes capitales internacionales, comprometiendo la estabilidad financiera del resto del mundo. Hoy, es posible que los capitales tiendan a buscar refugio en otros mercados y divisas.
Los autores concluyen con afirmaciones contundentes, que deberíamos considerar, con sus particularidades, en todos los países.
“Se necesitan reacciones políticas para contener el virus y nivelar los mercados bursátiles; sin embargo, las intervenciones políticas no convencionales, como la QE ilimitada de los EU, crean
mayor incertidumbre y pueden causar problemas a largo plazo. Además, los países no están trabajando juntos para hacer frente a estos desafíos, (…) están respondiendo de manera diferente a las políticas a nivel nacional y al desarrollo general de la pandemia. En última instancia, esta tendencia a la desintegración en la comunidad global es más una amenaza que el virus.”
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